En Boos, como en tantos otros sitios, fue tradición el rondar a las mozas por las puertas. Existía una gran variedad de coplas que los mozos cantaban a las mozas; y así, Lorenzo Almazán Ransanz, entre el año 1922 y 1923 recogió unas cuantas que serían las que se utilizaban en aquel momento. De ellas escogemos la que titulaban "LOS MANDAMIENTOS" y que decía así:
Aquí me tengo que sentar
por dar luz a mis tormentos
por ver si puedo explicar
de Dios los diez mandamientos.
Los mandamientos son diez
sus palabras son ejemplos
que los ha dejado Dios
para adorno de su templo.
Los mandamientos mi vida
si los quieres escuchar
incorpórate en la cama
que te los voy a cantar.
En el primer mandamiento
me manda Dios que te ame
más que a mi vida te quiero
aunque la vida es amable.
En el segundo he jurado
y he hecho mil juramentos
de no olvidarte jamás
ni sacarte de mi pecho.
En el tercero en la misa
nunca estoy con atención
solo en pensar en tí
prenda de mi corazón.
En el cuarto no he perdido
a mis padres el respeto
solo en hablar contigo
en público y en secreto.
En el quinto no he matado
a ninguno vida mía
si otro galán te gozara
no se yo lo qué haría.
En el sexto no he gozado
mujer en toda mi vida
ni la pienso gozar
hasta que no seas mia.
En el séptimo no he hurtado
ninguna cosa a nadie
solo en hablar contigo
y alguna vez con mis padres.
El octavo mandamiento
no levanto falso a nadie
y a mi me han levantado
rosa de lindos rosales.
El decimo mandamiento
no he codiciado yo bienes
no hayt bienes en este mundo
mejor que los que tu tienes.
Los mandamientos de mi vida
se componen para amar
aunque tus padres no quieran
contigo me he de casar.
Despidete y me despido
de tu puerta y tu ventana
y de ti no me despido
adiós niña hasta mañana.

